Heus aquí el mite Aristotil Onassis. El nou soci i la nova imatge pública de la Penya Bogarde. El vell armador ric i generós que ens portarà molt bona sort. El nou bogardenc. Onassis al volant del seu descapotable envoltat d'una companyia de luxe i elegància amb mocador al cap i ulleres Ray-Ban. La Penya opta per la luxuria luxosa i fitxa Onassis:
EL MITE DE LA GRÈCIA MODERNA
AL SERVEI DEL FC BARCELONA I DE LA CAUSA ESPORTIVA.
Mireu el nostre Onassis amb la soprano Maria Callas,
Ja en sap el nano. No es xupa el dit!
Dit i fet, al sac i ben lligat, bufar i fer ampolles, escac i mat! Ballant com l'Onassis, el nostre club en fot cinc als grecs i practicament ja som a Wembley. Les coses clares i l'esgrima ben portada. Som perfectes i saludem l'antiga Grècia dels filosofs i els atletes. Parlant de filosofia, recoRdem Plató i Socrates, com en Pep, grans pensadors de la condició humana.
Onassis i sirtaki, una combinació letal.
En la improvisación reside la fuerza. Todos los golpes decisivos habrán de asestarse como sin querer.
ResponEliminaONASSIS ERA UN MAFIOSILLO Y NO ME EXTRAÑA QUE LOS BARCELONI-TAS TENGAN AMIGOS DE ESA CALAÑA
ResponEliminaPERO...EL MADRID LO GANAREMOS TODO.
JAJAJAJAJAJA
HERCULES CONTRA ONASSIS
JAJAJAJAJAJA
amb l'Onassis anem a tota vela per l'Egeo i directes a Wembley
ResponEliminaLouis de Funes !!!!! i ara Onassis!!!!
ResponEliminaus esteu sortint de la barra, sou uns genis genials
Això ja és massa, el pinta de l'Onassis em vol fotre la dona i els quartos.
ResponEliminarastapopoulos
"l'home més roc de Grècia"
Bon dia = Kalimera amb grec.
ResponElimina¿Cómo se dice suegra en griego?
- Estorbáss.
USTEDES RECUDERDAN PERFECTAMENTE O POR LO MENOS LO RECUERDAN LOS MÁS VIEJOS QUE EL DETERGENTE "ajax" SE HACÍA LLAMAR "el mças poderoso", PUES YA VEN SEÑORÍAS BARCELONI-TAS...
ResponEliminaREAL MADRID 2
AJAX EL MÁS PODEROSO 0
LA CHAMPIONS ES MÁS BLANCA QUE EL DETERGENTE
JAJAJAJAJA
MOU MOURINHO
O O O OZIL
Uiiii quina por que fas merengot
ResponEliminaVa por ti, Zlatan, va por ti
ResponEliminaEmilio Pérez de Rozas
Señoras y señores, con ustedes, ante el mundo, sobre el césped, en el aparcamiento, con el Porsche Carrera o el Porsche Panamera, biplaza o familiar, vestido de corto o de Hugo Boss, con zapatos italianos o botas de fútbol, peinado o desmelenado, jugando en el Barça o en el Milan, en el Camp Nou o en San Siro, saliendo en TV3 o Mediaset: Zlatan Ibrahimovic, el altivo, el carísimo, el rico, el altísimo goleador sin nacionalidad pero sumamente maleducado. Porque, olvídense, amigos, lo de ‘Ibra’ no es otra cosa que creerse superior al mundo que le rodea. Y, como vive en la cima, en el vértice, en la punta, de esa pirámide llamada fútbol de élite, de lujo, de Champions de verdad, no de fase previa ni de primera ronda, se cree con derecho a insultar, a pleitear. Pero es tan poca cosa, tanto, que hasta para escoger los insultos hierra, falla, se equivoca. Alguien que utiliza la majestuosa figura del filósofo para herir al técnico que lo dirigió en el Barça, no solo es un bobo, sino que, incluso, no tiene ni idea de lo que dice. Es posible, seguro, que Zlatan, ahora enfrentado, en vivo, en directo, en televisión, con el hombre, con el mago, con el técnico que pronosticó, antes que nadie, su fracaso en el Barça, el mítico, popular y sabio Arrigo Sacchi (¿también filósofo?, sí, seguro que un día de estos también recibirá ese insulto), no supiese muy bien dónde se metía cuando entró en el vestuario azulgrana. Lo que parece seguro, fijo, cristalino, es que se creyó que el grande allí (puede que su tamaño, su altura, su corpachón le provoque semejante ilusión) era él. Y no Leo Messi. Y no Xavi Hernández. Y no Andrés Iniesta. Ni siquiera Pep Guardiola. Y es posible, sí, que en el pecado llevase la penitencia. Porque fue Bojan quien lo dejó en ridículo. O Pedrito, don Pedro. O el equipo entero, sí. Ese muchacho, que llegó sonriendo y se despidió insultando, no pegaba en ese grupo. Pero, no porque el grupo es especial, canterano, noble, sencillo y muy suyo, sino porque ese personaje altivo no pega en vestuario alguno. Es, sí, un goleador, un cazador de goles, de fama, de gloria, de púrpura. Y puede que a ellos se les aguante más que a los demás. Pero, cuando tú, Zlatan, llegas a un vestuario donde el mejor es demasiado mejor y tú te niegas a reconocerlo, acabas saliendo por piernas. No me extraña que, a las primeras de cambio, allí, en tu amado Milán, en tu lujosa pasarela milanesa, hayas tenido un choque dialéctico con uno de los grandes mitos del calcio. A ti, amigo, te importan un pimiento los mitos. En ese sentido, haces bien en tener un manager como el que tienes, que te lleva de un lado a otro, facturando en cada movimiento. Eres tan pobre, que sólo tienes dinero.